A la llegada de los españoles había sociedades y culturas muy diferentes en los territorios que habrían de constituir el México actual. En Veracruz, por ejemplo, florecía la cultura TOTONACA, cuyo centro ceremonial se ubicó en Zempoala, abarcando un territorio amplio que incluye el actual municipio de Paso de Ovejas, donde aún existen entierros totonacos en pequeños cerros con forma de bola (Tolom).
Después de establecer alianzas con algunos grupos que pagaban tributo a los aztecas, los españoles avanzaron al Valle de México. Una vez que dominaron Tenochtitlán continuaron con expediciones hacia el norte y sur de Mesoamérica. Tenían dos objetivos principales: la búsqueda de metales preciosos y la evangelización de los nativos.
Según el mismo Hernán Cortés, la razón principal de la conquista era la implantación de la fe cristiana entre los indígenas, por lo que solicitó el envío de frailes a las nuevas tierras conquistadas.
La corona Española envió a un grupo de frailes para convertir a los nativos de los territorios conquistados a la religión católica, por medio de la evangelización. El primer paso de esta evangelización duró de 1523 a 1573 y estuvo a cargo de las órdenes mendicantes, llamadas así porque renunciaban a la posesión de bienes materiales y vivían de la caridad. En Nueva España se establecieron cuatro órdenes mendicantes: los franciscanos llegaron en 1523, los dominicos en 1526, los agustinos en 1533 y los jesuitas en 1572.
Una de las estrategias de los españoles para evangelizar a los grupos indígenas fue reubicar a los pueblos y agruparlos en congregaciones. En estos lugares se fundaron conventos, templos y se distribuyeron tierras comunales y solares a cada familia, sin embargando persistieron las encomiendas, que eran grandes haciendas o plantaciones que cubrían cientos de kilómetros e incluían los pueblos indígenas de estas tierras.
La misión principal de los misioneros fue imponer la fe cristiana entre los naturales mediante la prédica, la preparación de catequistas, la redacción de doctrinas o catecismo y la imposición de sacramentos como el bautizo y el matrimonio. Su obra no se detuvo ahí: congregaron a los indígenas en nuevas poblaciones, levantaron conventos, capillas e iglesias, construyeron caminos, puentes y acueductos, construyeron hospitales y escuelas donde se enseñaban diversos oficios, defendieron a los nuevos cristianos del abuso de los encomenderos y registraron las costumbres e historia de los antiguos pueblos indígenas.
La Compañía de Jesús se enfocó principalmente a la cría de ovejas en gran escala. Una congregación de la orden jesuita en Nueva España se estableció en Veracruz cerca del río Atliyac fundando la hacienda Acazónica que se dedico a la producción de ganado lanar. La comercialización de las ovejas contribuyo a que los jesuitas trasladaran su rebaño por la margen sureste del río Atliyac hasta el valle formado por la desembocadura de la barranca de Panoaya y el camino real (que iba de México a Veracruz vía Xalapa). La existencia casi permanente en este paso del río Atliyac formó la costumbre de decir "El lugar de las Ovejas" que con el tiempo se transformó en Paso de Ovejas.
Paso de Ovejas (o Paso del Atliyac) tuvo su origen en un camino que se fue transformando y adaptando a cada época hasta hoy día. La posición del poblado derivó de la construcción de los puentes y el camino real, además los españoles tenían la costumbre de formar un poblado cada 5 leguas. También había buena agua, pastura para los animales y leña para que pudieran cocinar los arrieros y con fogatas ahuyentar los abundantes moscos y alimañas.
Por la presencia de ataques piratas al puerto de Veracruz, se procuró el cuidado de las mercancías dando origen a la construcción de la vieja casona de los portales en Paso de Ovejas, que se convierte en el refugio de los arrieros y pastores de ovejas. Se dice que llegaban varios miles de ovejas que eran esquiladas y los agentes Reales supervisaban la operación para asegurarse de que la percepción de los impuestos para el Rey de España era correcta. Seguramente el patio trasero de la gran casona servía para apilar en fardos la lana de las ovejas esquiladas para posteriormente ser trasladadas en mulas al puerto de Veracruz, en aquellos días un viaje de Paso de Ovejas a Veracruz se realizaba en aproximadamente en 8 horas.
De estos viajes y de los acontecimientos que sucedieron durante la colonia y la evangelización de los pueblos Mesoamericanos surgieron las leyendas como fuente oral o escrita que permite transmitir parte de las tradiciones de un pueblo y pretende explicar sus creencias, ideas e identidad; pueden incluir elementos sobrenaturales, fantásticos o reales. Se consideran parte de la historia de un pueblo y generalmente se transmiten de generación en generación.
En 1760, Florentino Rebolledo llevaba una carreta de bueyes de carga con monedas de oro, se dirigía al puerto de Veracruz bajo las órdenes del Virrey Don Gaspar de Zúñiga. El cargamento iba a ser enviado al Rey de España. Había 10 barriles de monedas de oro que pesaban alrededor de 30 kg. cada uno. Se dice que era temporada de lluvias y ya estaba oscureciendo cuando Florentino llegó a Paso de Ovejas, por lo que decidió aguardar en los Portales y pasar ahí la noche. El río estaba creciendo y como Florentino desenganchó el equipo de su carro no se percató que el agua comenzaba a subir rápidamente. Antes de que pudiera tirar de la carreta los barriles cayeron al agua, vaciando su contenido al río Atliyac. Todo se perdió. A través de los años la gente río abajo ha encontrado, ocasionalmente, algunas monedas de oro.